Ártemis vs Alakshmi – Día 1

Ártemis vs Alakshmi – Día 1
Ártemis vs Alakshmi

Hoy empiezo un viaje de 365 días. Un año entero en el que me propongo escribir aquí, cada día, sin excusas.
No es un capricho ni un hobby. Es mi manera de librar una batalla que llevo tiempo postergando: la guerra entre mis dos fuerzas internas.

Por un lado está Ártemis, la cazadora.
Ella representa la parte de mí que tiene metas claras, que sabe lo que quiere y que apunta sus flechas con precisión. Ártemis es independencia, enfoque, disciplina. No necesita de nadie que le marque el camino porque ella misma se guía con la luz de la luna y con su propio instinto. Artemis en mí es mi capacidad de mantenerme fiel a mis ideales, de no distraerme, de caminar firme aunque el bosque sea oscuro.

Y del otro lado está Alakshmi, la diosa de la carencia y el desorden que en mí se manifiesta como la procrastinación.
Ella es la voz que me dice “mañana lo harás”, “no importa si dejas esto a medias”, “mejor duerme un rato más”. Alakshmi se alimenta de caos, de miedo y de la tentación de rendirse. Representa esa parte de mí que se sabotea, que se dispersa, que pierde el rumbo y cae en la inercia.

Entre ellas dos se libra mi batalla diaria. Y sé que si dejo a Alakshmi reinar, no avanzo, no creo, no materializo. Pero si fortalezco a Ártemis, puedo transformar mis metas en realidad, con disciplina y claridad.

Aquí entra mi Marte en Escorpio, mi Ares Alquimista.
Él es el guerrero dentro de mí, el que no lucha con espadas sino con voluntad. Mi Marte me recuerda que la vida es lucha, pero no contra los demás, sino contra mis propias sombras. Ares en mí me dice:

  • Muévete, haz, conquista.
  • Transforma la pereza en energía.
  • Haz de cada día una batalla ganada.

Por eso, este blog será mi campo de batalla.
Cada post será una flecha de Ártemis disparada contra la sombra de Alakshmi. Cada palabra escrita será un recordatorio de que tengo un guerrero interno dispuesto a sostenerme.

Hoy, Día 1, decido empezar.
Quizás tropiece, quizás Alakshmi intente seducirme con su voz cansada. Pero sé que no estoy sola: Ártemis guía mi flecha, y Ares Alquimista sostiene mi fuerza.

365 días para transformar mi sombra en luz.
365 días para probarme que puedo vencer la inercia.
365 días para disciplinar mi fuego y conquistarme a mí misma.

Este es mi diario de guerra.